Asuntos indígenas
Contexto territorial y actividades
La misión de la UPD es apoyar la reintegración cultural de las comunidades indígenas y la recuperación del territorio de reconocida importancia sagrada y cultural. La UPD reconoce la importancia de la administración indígena en sus propios territorios y la necesidad de elaborar estrategias compartidas para lograr los objetivos de las comunidades en contextos sociales y territoriales complejos.
La actual población colombiana refleja en manera explicita la que fue su historia pasada: las tramas culturales, las conquistas y también las atrocidades subidas son bajo los ojos de cualquier observador atento que vaya por el país. La multiplicidad de los tratos somáticos, de los idiomas y dialectos, de tradiciónes y costumbres dibuja la historia de este país. Sin embargo, solamente en tiempos recientes el Estado colombiano “admite reconocer y proteger la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana” (Art. 7 constitución de 1991).
Bajo la etnia indígena se identifican 1.392.623 personas, las cuales constituyen el 3,4 % de la población total. En algunos de los departamentos, la población indígena representa altos porcentajes en respeto a la población total, como en el Departamento de la Guajira (45%), del Cauca (21,5%), y de Nariño (10,8%) (Dane).
En el curso de los siglos pasados, los pertenecientes a los pueblos indígenas del país fueron muy marginalizados y extrometidos de los asuntos políticos, económicos y sociales (Jackson, 2011). Sin embargo, al día de hoy está bastante imposible considerar la población indígena como una realidad estática y marginal; es muy importante, de hecho, considerarla estrechamente relacionada a la que lo indígenas aman llamar “Colombia occidental”. Sus toma de conciencia y participación activa a los asuntos del Estado y se desarrolló en el curso del siglo XX, creciendo en manera exponencial en las ultimas décadas del siglo.
La realidad de las últimas décadas muestra un universo de guerras y conflictos con las cuales las comunidades indígenas tuvieron que enfrentarse. Ellas, de hecho, juntas a la población campesina y la afrocolombiana, fueron los actores sociales más vulnerables e involucradas en los conflictos. No obstante los buenos propósitos de la Constitución de 1991, gracias a la cual los pueblos indígenas vivieron un periodo de optimismo y positividad, en estos años las comunidades indígenas continuaron, y todavía continua, a subir violaciones de derechos humanos, saqueos y despojos territoriales y de recursos (Villa W. e Houghton J., 2005 pp.20).
El 30% del territorio colombiano se encuentra bajo la figura de territorios colectivos con sistemas de manejo y gobernanza propios. Son territorios de gran importancia, por la extensión y variedad de ecosistemas que abarcan. El 53% del territorio continental está cubierto por bosques y de estos más del 50% está bajo manejo colectivo: resguardos indígenas (45,4 %), territorios colectivos de comunidades afrodescendientes (7,3 %) y campesinas (1,9 %).
En las últimas décadas, de hecho, las regiones ocupadas por los grupos étnicos fueron consideradas como zonas estratégicas de disputa, en manera principal por la economía publica y privada, nacional e internacional, en cuanto los territorios conservan la mayor parte de los recursos naturales del país.
“El mapa de los territorios indígenas del país coincide con lo de los grandes proyectos de infraestructura, gracias a su biodiversidad y a la riqueza de la tierra, además que con los territorio de las cultivaciones ilícitas y de la lucha armada” (H. Arcila, Suaréz Morales, 2003, pp.1).La riqueza de los recursos (minerales, petróleo y leña), los cultivos ilegales y la lucha armada de hecho son las principales causas del desplazamiento interno indígena. La agencia del ONU para los refugiados (ACNUR) definí el desplazamiento como un fenómeno que “pone las personas en un alto nivel de vulnerabilidad” (ACNUR).
A diferencia de los refugiados, los desplazados internos no atraviesan las fronteras internacionales en búsqueda de seguridad y protección, sino que permanecen en su propio País. En determinadas circunstancias, pueden ser obligados a escapar por los mismos motivos de los refugiados (conflictos armados, violencia generalizada, violaciones de los derechos humanos) con la diferencia que lo desplazados internos permanecen bajo la protección del Gobierno (ACNUR).
Según el Internacional Displacement Monitoring Centre, la mayoría de los desplazados del continente Latinoamericano se encuentra en Colombia: el numero creció mucho en la última década, llegando hasta 5,7 millones de personas (Informe Global 2014: desplazados internos para los conflictos y violencia, 2014). La complejidad de los eventos políticos que caracterizaron el escenario colombiano en las últimas décadas es caracterizada por la presencia de grupos armados, paramilitares y FARC en lucha para el control de las zonas estratégicas.
Estos territorios, además, subieron los eventos ligados a los cultivos ilícitos de plantas de coca y de las instalaciones de laboratorios por parte de narcotraficantes en las zonas limítrofas a las comunidades indígenas. En un primer momento – y en algunos casos también en el día de hoy – el control territorial de los narcos colombianos, non hubo como consecuencia directa el utilizo de mano de obra indígena en la producción de cocaína, sino que del utilizo del conocimiento indígena relativo a los territorios difícilmente manejables para el comercio y el transporte en los países vecinos.
Las áreas de ampliación del Resguardo Kogui-Malayo en la Sierra Nevada de Santa Marta fueron objeto de masivas urbanizaciones de colonos provenientes del interior del país generando situaciones de conflicto entre campesinos y comunidades indígenas. Durante la segunda mitad del siglo XX y hasta la década de 1970 se intensificó la llegada de colonos: la tala y quema del bosque fue la costumbre durante cuatro décadas consecutivas, con la intención de “civilizar” la selva para levantar una mejora de pan coger, sembrar marihuana o aprovechar la madera talada. Actualmente se sumó el riesgo de ser tituladas tierras a destino de megaproyectos agroindustriales, mineros, hidrocarburíferos, energéticos, turísticos y farmacéuticos, lo que produciría un grave perjuicio a las prerrogativas culturales de las poblaciones indígenas y al equilibrio medioambiental de la SNSM.
La situación de subdesarrollo económico presente en el territorio afecta toda clase de personas, empeorando las relaciones entre campesinos y poblaciones indígenas y obstaculando las posibilidades de dialogo y colaboración que se necesitan para una pacífica cohabitación en esos lugares.
En este contexto, el bajo nivel de educación y de formación profesional de las comunidades indígenas y campesinas impiden el acceso a los recursos económicos que se están desarrollando en la SNSM, eludiendo de hecho estas comunidades a la administración de su territorio e impidiendo la tutela de sus derechos sociales y culturales. Sin embargo, el crecimiento del sector turístico con destino la SNSM podría constituir un recurso para esas poblaciones, simultáneamente una amenaza para el medioambiente y la identidad cultural de las poblaciones indígenas.
Por lo que se refiere al conflicto armado, las violaciones de derechos territoriales que se verificaron en la zona de la Sierra Nevada de Santa Marta a partir de los años ’80 hasta los días de hoy se pueden resumir en los siguientes puntos:
1) Incursiones y presencia de grupos armados ilegales en los territorios indígenas, a veces seguidos de una fuerte militarización del territorio por parte de las Fuerzas Públicas.
2) Enfrentamientos armados entre grupos ilegales entre, o en el alrededor de los territorios indígenas
3) Ocupación de los lugares sagrados
4) Instalación de bases militares en territorios indígenas
5) Saqueos territoriales por parte de actores con intereses económicos sobre la tierra y sobre los recursos naturales, de propiedad indígena
6) El desarrollo de actividades económicas licitas e ilícitas
7) Fumigación de cultivos ilícitos sin discriminación, o sea también contra cultivos fundamentales a la subsistencia de las comunidades.
Por cuanto conciernen las violaciones de los derechos humanos en respecto a las comunidades indígenas, se pueden en breve resumir en los siguientes puntos:
1) Amenazas individuales y a las comunidades enteras
2) Extorsiones, obligaciones a entregar plata a los grupos ilegales
3) Homicidios de líderes indígenas
4) Reclutamiento forzado de jóvenes indígenas en los grupos ilegales
5) Deplazamiento forzado individual y colectivo
6) Homicidio de enteras familias indígenas
Contexto
La población indigena Wiwa representa una de las cuatro etnias habitantes la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia. En esta zona se encuentran 27 comunidades Wiwa ubicadas en el Resguardo Kogui- Malayo- Arhuaco (territorio de 383.877 hectáreas), mientras que mas a norte del pías las comunidades llegan hasta al departamento de la Guajira y, al interior del pais hasta al departamento del César, formando un numero total de habitantes cercano a las 14.000 unidades. Según información de la Delegación Wiwa del Resguardo Kogui – Malayo – Arhuaco (DW), el pueblo Wiwa alojado en la SNSM es constituido por 2.500 personas aproximadamente, mientras el Ministerio de Cultura de Colombia, destaca el hecho que “el grueso de la población corresponde a niños, jóvenes y adultos jóvenes (79% tiene menos de 30 años), mientras que los adultos mayores de 60 años son un número reducido de personas (2%).» Los Wiwas se encuentran asentados en la vertiente suroriental y el norte de la SNSM, en el Resguardo Kogui – Malayo – Arhuaco en propiedades colectivas reconocidas por el estado colombiano en su constitución nacional. Cada comunidad tiene un orden local de Mamos y Sagas, encargados de organizar y dirigir la comunidad para mantener colectivamente el orden territorial, espiritual y el personal. Por medio de esas autoridades tienen relaciones constantes con los otros tres pueblos de la Sierra: Kogui, Arhuaco y Kankuamo para coordinar el cuidado de su territorio.
La economía del pueblo wiwa es mayormente agrícola y se ha visto resquebrajada por los continuos bloqueos a los que han sido sometidos, impidiendo el comercio de los productos sobrantes y la adquisición de productos básicos que no se producen en la comunidad.
La comunidad campesina se distribuye alrededor del resguardo indigena, en la parte baja de la SNSM, y conta aproximadamente de 3.000 personas provienentes especialmente del interior del país (Santander, Boyacá, Tolima y Antioquia). La comunidad es agrocentirca y sufre de instabilidad ocupacional, pobreza y baja escolarizaciòn. Parte de la comunidad està constituida por desplazados que se establecieron en ese territorio, empujados por acciones violentas y amenazas por grupos armados ilegales.
La poblaciòn indigena Wiwa de la SNSM ha sufrido en los ultimos 50 años de un creciente desarraigo, aislamiento causado por el detrimiento o absencia de las comunicaciones y infraestructuras, desplazamiento, crisis alimentaria. Las medidas implementadas por los programas de asistencia alimentaria implantados por el gobierno colombiano no remediaron esta situaciòn, sino que crearon una situación de dependencia alimentaria y aculturación. No obstante, en los ultimos años gracias al esfuerzo de la comunidad entera, el pueblo Wiwa comenzó a recuperar sus tradiciones, idioma, artesanía, cultura y tradiciones inmateriales.
Parte de la comunidad campesina està compuesta de desplazados. La pobreza y falta de capacitaciòn profesional disminuyen las posibilidades de equidad frente al resto de la sociedad, impidiendole el acceso a las oportunidades laborales surgidas por el crecimiento económico.
La problemática de las otras comunidades indígenas reflejan la misma situación.
Las necesidades de la comunidad wiwa de la SNSM y de los beneficiarios se pueden expresar en los siguientes requerimientos: la autonomía en la gestiòn de su territorio natural y la generación de nuevas oportunidades ocupacionales, garantizando su sustentabilidad, la seguridad y sus estilos de vida tradicionales.
Actividades
La UPD comenzó sus actividades de apoyo a la comunidad en 2012 – antes de la misma radicación de la empresa – en colaboración con la facultad de Antropología de la Universidad del Magdalena, con Casa Indígena de Santa Marta y la comunidad Wiwa representada por el mamo Ramon Gil.
El objetivo general de las actividades es fomentar la recuperación de las tradiciones ancestrales y del territorio originario del pueblo Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta. Para lograrlo, la primera fase de actividad se centra en unos objetivos específicos:
1. Elaboración de una caracterización socio económica del territorio que favorezca el conocimiento de los problemas y de las necesidades de la población Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta;
2. Elaboración de estrategias compartidas con la comunidad para la recuperación cultural y la gestión del territorio ancestral;
3. Elaboración topográfica del territorio para facilitar el reconocimiento de los lugares ancestrales Wiwa en la Sierra Nevada de Santa Marta;
4. Organización de eventos y muestras para fomentar la sensibilización social acerca de las temáticas indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta.
1. Caracterización socio-económica y territorial
Durante la primera fase las actividades se dirigieron hacia el conocimiento de la comunidad y del territorio, para poder luego analizar los problemas y las estrategias junto a la comunidad.
En esa fase se emprendieron estudios antropológicos y socio-económicos que permitieron establecer el contexto en el cual se ejecutarán las acciones de apoyo. En este sentido, se puede afirmar que las áreas de ampliación del Resguardo Kogui-Malayo fueron objeto de masivas urbanizaciones de colonos provenientes del interior del país generando situaciones de conflicto entre campesinos y comunidades indígenas. Actualmente se sumó el riesgo de ser tituladas tierras a destino de megaproyectos agroindustriales, mineros, hidrocarburíferos, energéticos, turísticos y farmacéuticos, lo que produciría un grave perjuicio a las prerrogativas culturales de las poblaciones indígenas y al equilibrio medioambiental de la SNSM.
La situación de subdesarrollo económico presente en el territorio afecta toda clase de personas, empeorando las relaciones entre campesinos y poblaciones indígenas y obstaculando las posibilidades de dialogo y colaboración que se necesitan para una pacífica cohabitación en esos lugares.
En este contexto, el bajo nivel de educación y de formación profesional de las comunidades indígenas y campesinas impiden el acceso a los recursos económicos que se están desarrollando en la SNSM, excludiendo de hecho estas comunidades a la administración de su territorio e impidiendo la tutela de sus derechos sociales y culturales. Sin embargo, el crecimiento del sector turístico con destino la SNSM podría constituir un recurso para esas poblaciones, simultáneamente una amenaza para el medioambiente y la identidad cultural de las poblaciones indígenas.
2. Elaboración de estrategias
Durante la segunda fase, varias reuniones y contactos con las autoridades Wiwas permitieron establecer las prioridades de la comunidad y los términos de colaboración con la UPD y las otras instituciones involucradas. En este sentido las autoridades Wiwa indicaron su objetivo prioritario en la recuperación de su territorio ancestral, con prioridad en esos territorios adyacentes a sus asentamientos y en especial aquellos reconocidos de elevada importancia sagrada y cultural.
Para lograr adquirir los territorios, se identificaron 3 posibles soluciones:
1. Aplicación a la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras para los territorios donde la comunidad Wiwa sufrió despojo de tierra durante el conflicto armado;
2. Creación de estrategias de generación de ingresos para permitir la adquisición de los territorios ancestrales: identificación de una estrategia de turismo comunitario sostenible que pueda garantizar ingresos económicos a la comunidad en un marco de respeto cultural y ambiental para el territorio involucrado;
3. Aplicación a convocatorias de organizaciones internacionales para el otorgamiento de fondos para la reintegración cultural y territorial de las comunidades indígenas.
Respecto al primer punto, la entidad encargada de gestionar las prácticas para la restitución de tierras es la Unidad de Restitución Tierras, perteneciente al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. El proceso de restitución prevé 3 fases: durante la primera fase, que puede durar máximo 4 meses, se recogen datos y pruebas acerca de los despojos violentos durante la época del conflicto; en segunda fase se elabora un proceso judicial para la reparación integral de las víctimas; finalmente, se establece el juicio y se definen las razones y compensaciones.
El proceso de restitución tierras hasta ahora no ha generado resultados positivos para la comunidad Wiwa, debido principalmente a 2 diferentes problemas:
1. Los territorios que la comunidad Wiwa perdió por despojo durante el conflicto armado son limitados, por el hecho que la comunidad ya se había desalojado anteriormente y estaba volviendo a sus territorios ancestrales;
2. El elevado numero de casos de despojos de tierra y los limitados recursos profesionales del estado no permitieron todavía comenzar los estudios para la caracterización del territorio y de la comunidad Wiwa.
La Unidad de Planificación y Desarrollo procedió por su cuenta con la caracterización de la comunidad y dejó disponibles los estudios para que puedan ser de utilidad para la Unidad Restitución Tierras en la elaboración de los informes.
Respecto al segundo punto, junto a la facultad de Antropología de la Universidad del Magdalena y la comunidad Wiwa, se establecieron unas líneas directrices para el desarrollo de una estrategia compartida de turismo sostenible.
1: Crear nuevas oportunidades ocupacionales y de inserción laboral para las poblaciones indigenas e de las comunidades campesinas, garantizando un enfoque de género en todas las fases de elaboración, organización y gestión del proyecto;
2: Fomentar el conocimiento de los mecanismos y la formación profesional en el sector turístico a las poblaciones indígenas e a las comunidades campesinas;
3: Involucrar los otros actores locales favoreciendo la colaboración de diferentes sectores de la sociedad civil del Magdalena para valorizar los recursos medioambientales, de patrimonio histórico y culturales según un enfoque sustentable;
4: Implementar nuevas formas de aprovechamiento turístico sostenible del medio ambiente que favorezcan al mismo tiempo su conservación y su seguridad;
5: Desarrollar procesos de transmisión y replicabilidad de buenas prácticas mediante talleres de participación ciudadana;
6: Ayudar el recupero de la identidad cultural del pueblo Wiwa y favorecer el conocimiento de la cultura indígena fuera de su territorio.
Finalmente, respecto al tercer punto, la UPD procedió en la elaboración de un informe acerca las posibilidades de financiación para la recuperación de tierras por medio de apoyo internacional; los estudios ya ejecutados y las colaboraciones establecidas constituirán la base de las propuestas que se entregarán en futuro.
3. Elaboración Topográfica del territorio
La organización de la comunidad Wiwa estableció la necesidad de mapear sus territorios para poder identificar las prerrogativas territoriales en los procesos de restitución tierras, ampliación del resguardo y planificación sostenible de las actividades que decidirá establecer en sus territorios.
En esta tarea la comunidad está siendo suportada por la Amazon Conservation Team, que colabora con la comunidad para establecer los confines del territorio indígena para la ampliación del resguardo, y la Unidad de Planificación y Desarrollo, que está mapeando los sitios de interés cultural y los antiguos senderos, especialmente en las zonas de Bonda y en las cercanías de la comunidad Wiwa del Encanto – Gotshezhi.
El trabajo topográfico – que se está desarrollando también gracias a la cooperación de voluntarios de la facultad de Antropología de la Universidad del Magdalena y a estudiantes internacionales en sus experiencias de prácticas de campo – permitió identificar largos caminos tradicionales que conectan muchas zonas de la Sierra Nevada de Santa Marta, por ejemplo desde Minca hasta Valledupar.
4. Sensibilización de las temáticas indígenas
En el marco de las acciones de sensibilización la Unidad de Planificación y Desarrollo ha organizado actividades en ámbito nacional e internacional.
A nivel internacional, el contexto de la comunidad Wiwa y de su reintegración cultural fue discutido en la Universidad de Cagliari (Italia) el dia 7 de julio 2016 durante un seminario acerca las experiencias de cooperación internacional de la UPD. En ese evento el director Matteo Bellinzas explicó el contexto del post-conflicto y las actividades de desarrollo mientras que la participación de Alexandra D’Angelo como antropóloga de la UPD facilitó la comprensión de las prerrogativas indígenas en el manejo del territorio ancestral y de su cultura.
El trabajo de campo para la caracterización de la comunidad Wiwa fue objeto de una exposición fotográfica elaborada por Alexandra D’Angelo, que fue expuesta en Lombardia y Sardegna (Italia), contribuyendo en la promoción de las temáticas indígenas al exterior.
La Resistenza di Cali
Publicado en 14 mayo 2021 por Matteo BellinzasDerechos Humanos
Fonte della foto: Tembolres ONG “Guardia, forza! per la mia razza, per la mia terra!”, è uno dei nuovi slogan simbolo della rivolta sociale riesplosa in Colombia: l’inno della Guardia Indigena del Cauca viene cantato non piú solo a Cali, ma nel resto del paese e a Bogotà. La Guardia Indigena del Cauca (la Minga
(Italiano) Aggiornamento sul Paro Nacional – 8 maggio 2021
Publicado en 8 mayo 2021 por Matteo BellinzasDerechos Humanos
Ci spiace, ma questo articolo è disponibile soltanto in Italiano.
(Italiano) Colombia, adesso
Publicado en 5 mayo 2021 por Matteo BellinzasDerechos Humanos
Ci spiace, ma questo articolo è disponibile soltanto in Italiano.